Vivimos en un mundo en el que la egolatría y la hipocresía siempre están presentes. La humildad y sinceridad escasean.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Hipocresía

Juzgo, juzgas. Todos juzgamos, somos esclavos de nuestra imaginación y las mentiras de otros. Odiamos a quien deberíamos amar y amamos a quien deberíamos odiar. Hipócritas caras de felicidad al ver a alguien que con una mirada sería capaz de matarte. Palabras malgastadas de gente que habla y no escucha. Todos se quieren, todos se escuchan, se respetan, aparentemente. Hipócritas. Si odias a alguien, ódialo, si lo amas, ámalo. Pero no escondas sentimientos puros que valen más que toda esa hipocresía. Pero, si odias porque alguien odia, o fundándote en falsas apariencias. Moléstate en asegurarte que dicho sentimiento tan feo no es albergado en vano.

Oh God.

Si Dios existiera, no nos haría ponernos de rodillas y rogar. La humillación no te da la salvación. Tienen tanto miedo a lo desconocido que por comprar un futuro incierto y estúpido son capaces de vender sus órganos. Y la iglesia se aprovecha de eso, es capaz de cualquier cosa por un poco más de dinero, por unas cuantas cabezas huecas a las que controlar. Si vendes tu alma por el precio de un Dios, ¿qué cojones irá al cielo? Ellos ya han sacado provecho de ellos y ten por seguro que no te quedará nada.

Cry me a river

Cuando llueve, el asfalto se moja, los árboles lloran, la gente se abriga, las ventanas se cierran. Todo se moja, incluso aquella persona a la que un beso le han rechazado, a la que le han cerrado la puerta a un maravilloso mundo, de amor; besos, caricias, susurros entre las mantas, risas tontas, rostros sonrosados… Esa persona parece mojarse, pero ¿qué digo?. Esa persona no siente las gotas sobre su rostro, ahora contraído por una mueca de tristeza. Todo a su alrededor ha desaparecido. Ahora igual que muchos en este mundo se ha quedado sin corazón. Se le ha roto y cada pedacito de él le hiere, haciéndole sangrar y llorar. Y también se moja, pero no por la lluvia, no, por esas lágrimas de infinito dolor. Pero, como muchos otros pegará esos trocitos de corazón roto. Hiriendo y haciendo sangrar todos los lugares recorridos hasta el pecho. Eso sanará, pero quedarán horribles cicatrices, que siempre estarán ahí, haciendo acto de presencia.