Vivimos en un mundo en el que la egolatría y la hipocresía siempre están presentes. La humildad y sinceridad escasean.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cry me a river

Cuando llueve, el asfalto se moja, los árboles lloran, la gente se abriga, las ventanas se cierran. Todo se moja, incluso aquella persona a la que un beso le han rechazado, a la que le han cerrado la puerta a un maravilloso mundo, de amor; besos, caricias, susurros entre las mantas, risas tontas, rostros sonrosados… Esa persona parece mojarse, pero ¿qué digo?. Esa persona no siente las gotas sobre su rostro, ahora contraído por una mueca de tristeza. Todo a su alrededor ha desaparecido. Ahora igual que muchos en este mundo se ha quedado sin corazón. Se le ha roto y cada pedacito de él le hiere, haciéndole sangrar y llorar. Y también se moja, pero no por la lluvia, no, por esas lágrimas de infinito dolor. Pero, como muchos otros pegará esos trocitos de corazón roto. Hiriendo y haciendo sangrar todos los lugares recorridos hasta el pecho. Eso sanará, pero quedarán horribles cicatrices, que siempre estarán ahí, haciendo acto de presencia.

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